Carnicas Mulas
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11/02/2018
Un regalo sencillo con productos de calidad de Cárnicas Mulas
La mejor forma de sorprender a tu pareja el Día de los enamorados es con un regalo que tenga algo de ti.
Un regalo es como una mirada a los ojos, una manera de trasladar un sentimiento de una forma simbólica. Precisamente por eso, el regalo puede superar el concepto de un objeto físico, el regalo puede ser, sin más, un momento mágico, un algo que transforme ese instante tiempo en una ocasión que será recordada siempre. Un regalo es, también, una duda, una pretensión de sorprender que, hasta llegado el momento, no se tiene la certeza de haber acertado. Más, cuando lo que se pretende es que el sentimiento que se quiere trasladar es lo suficientemente profundo. La fecha de San Valentín, el Día de los enamorados, nos coloca ante esa coyuntura. Es una fecha señalada para detener nuestra rutina y buscar la forma especial de comunicar a nuestra pareja lo que sentimos. El regalo no tiene que ser pretencioso, basta con un gesto igual de especial que la fecha y qué mejor que ofrecer algo elaborado con nuestras propias manos. Un regalo en el que se encuentra algo de nosotros. Y la mejor solución puede ser, también, la más sencilla: organizar una cena y encargarnos de su preparación; elegir los mejores productos y tratarlos con esmero para recrear el marco y el momento ideal para volver a decir un ‘te quiero’.
En Cárnicas Mulas podemos ayudarte con la primera parte, ofreciéndote los mejores productos, y echarte una mano aportándote una idea con la segunda, sugiriéndote una receta sencilla que servirá de preámbulo a la mejor cena con la persona con la que más deseas cenar. En cualquiera de nuestros establecimientos y en nuestra tienda online encontrarás carne de la mejor calidad ya que participamos de forma integral en todo el ciclo de la carne. Así, la ternera de la Valmuza, el cerdo blanco e ibérico, el cabrito o el cordero que se expone en nuestras carnicerías es el fruto de un proceso meticuloso que traslada la carne desde nuestras fincas hasta tu casa. Una carne que será la materia prima de una cena romántica que se conservará en el recuerdo.
Vamos con la sugerencia. ¿Hace un solomillo relleno de foie con el que sorprender a tu pareja?
En Cárnicas Mulas podemos ayudarte con la primera parte, ofreciéndote los mejores productos, y echarte una mano aportándote una idea con la segunda, sugiriéndote una receta sencilla que servirá de preámbulo a la mejor cena con la persona con la que más deseas cenar. En cualquiera de nuestros establecimientos y en nuestra tienda online encontrarás carne de la mejor calidad ya que participamos de forma integral en todo el ciclo de la carne. Así, la ternera de la Valmuza, el cerdo blanco e ibérico, el cabrito o el cordero que se expone en nuestras carnicerías es el fruto de un proceso meticuloso que traslada la carne desde nuestras fincas hasta tu casa. Una carne que será la materia prima de una cena romántica que se conservará en el recuerdo.
Vamos con la sugerencia. ¿Hace un solomillo relleno de foie con el que sorprender a tu pareja?
Necesitamos: 2 medallones de solomillo de ternera de 200-250 gramos, 2 láminas de foie, 2 lonchas de beicon, medio vaso de vino de Oporto, medio kilo de huesos de ternera, medio litro de vino tinto, 2 zanahorias, 2 tomates, 1 cebolla, pimienta negra molida, aceite de oliva y sal.
En una olla con un chorrito de aceite doramos los huesos. Alcanzado ese momento, añadimos las zanahorias y la cebolla a las que previamente habremos picado. Cuando hayan llegado al punto de rehogue, introducimos los tomates troceados. Un par de minutos después añadimos el vino tinto y lo ponemos a fuego lento hasta que la salsa alcance el punto de consistencia. Una vez logrado, colamos la salsa y dejamos que cueza 10 minutos a fuego rápido (cuidado con el tiempo, que no todos los fuegos rápidos son igual de rápidos; el ojo nos advertirá del momento).
Una vez acabada la salsa, nos ponemos con la carne. Abrimos los medallones por la mitad e introducimos las láminas de foie. Con las lonchas de beicon rodeamos las dos mitades del solomillo para que formen de nuevo una pieza. Para que se consiga ese cierre, atamos con una cuerda alrededor del beicon que rodea el solomillo. Así dispuestos, llevamos los medallones al horno en una fuente de barro y lo mantenemos hasta que la carne alcance el punto deseado. Una vez terminada esta operación, usamos el jugo de la carne para completar la salsa. Para ello, en una sartén añadimos el jugo de la carne, el vino de Oporto y la salsa. Lo calentamos a fuego lento hasta que vuelva a adquirir consistencia. En una bandeja depositamos los medallones y sobre ellos añadimos la salsa.
Hasta el propio San Valentín se sentaría a la mesa. El resto de la noche será la consumación de un acierto. Chinchín.
En una olla con un chorrito de aceite doramos los huesos. Alcanzado ese momento, añadimos las zanahorias y la cebolla a las que previamente habremos picado. Cuando hayan llegado al punto de rehogue, introducimos los tomates troceados. Un par de minutos después añadimos el vino tinto y lo ponemos a fuego lento hasta que la salsa alcance el punto de consistencia. Una vez logrado, colamos la salsa y dejamos que cueza 10 minutos a fuego rápido (cuidado con el tiempo, que no todos los fuegos rápidos son igual de rápidos; el ojo nos advertirá del momento).
Una vez acabada la salsa, nos ponemos con la carne. Abrimos los medallones por la mitad e introducimos las láminas de foie. Con las lonchas de beicon rodeamos las dos mitades del solomillo para que formen de nuevo una pieza. Para que se consiga ese cierre, atamos con una cuerda alrededor del beicon que rodea el solomillo. Así dispuestos, llevamos los medallones al horno en una fuente de barro y lo mantenemos hasta que la carne alcance el punto deseado. Una vez terminada esta operación, usamos el jugo de la carne para completar la salsa. Para ello, en una sartén añadimos el jugo de la carne, el vino de Oporto y la salsa. Lo calentamos a fuego lento hasta que vuelva a adquirir consistencia. En una bandeja depositamos los medallones y sobre ellos añadimos la salsa.
Hasta el propio San Valentín se sentaría a la mesa. El resto de la noche será la consumación de un acierto. Chinchín.
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