Carnicas Mulas
Nuestro Blog
10/07/2018
Sin falsos dilemas: ensalada y carne todo en uno
Tres recetas de ensaladas para refrescarte este verano
En este país tenemos una extraña cultura que nos conduce, en determinadas facetas, a entender como inmiscibles materias que no lo son, que, al menos, no tienen por qué serlo. Andan los chavales de secundaria, por ejemplo, teniendo que decidir entre optar por un bachillerato de ciencias u otro de letras. Cuando pase un tiempo, esto ya nos pasa a la gente de mi generación, se encontrarán legitimados para justificar el desconocimiento en determinada materia científica con el argumento de que ‘son de letras’ o no tendrán reparo en airear que nada saben de tal materia histórica ya que ‘hicieron ciencias’. En realidad nos encontramos ante lo que se conoce como un falso dilema, ante una especie de chantaje que solo ofrece dos salidas a la vez que esconde que existen muchas más.
Por suerte, en muchos casos hemos aprendido lo suficiente para no caer en dicha trampa. Hace no tanto, una ensalada era una ensalada y ahí no cabía otra cosa que una serie de hortalizas cortaditas y aliñadas. No tenía por qué ser así, pero era. Sin embargo aprendimos y las ensaladas han ido adquiriendo categoría hasta abandonar su papel de mero complemento para convertirse en un suculento plato. ¿Qué hizo falta? Algo tan simple como añadir carnes, frutas o legumbres.
De esta manera, una ensalada bien fría (o templada) nos sirve en estíos como este para alimentarnos y hacer que nuestro paladar disfrute. En Cárnicas Mulas llevamos más de doscientos años ofreciendo nuestros productos. Seguramente, nuestros antepasados, aquellas personas que hicieron grande esta empresa y cuyo prestigio pretendemos mantener, hubieran entendido como una blasfemia estas sabrosas mezclas. Pero el tiempo es un gran maestro y en la actualidad podemos ofrecer ideas en las que las hortalizas y las carnes, las frutas o las legumbres casan para nuestro deleite.
Veamos unos ejemplos:
Nuestros garbanzos de la Valmuza son la base de un agradecido cocido en las épocas frías, pero también nos sirven para preparar una majestuosa ensalada si los mezclamos con rúcula, cebolla, nueces troceadas y unos granos de granada.
La pechuga de pollo que en invierno la tomamos a la plancha, frita o rebozada no sirve como sostén para una dulcísima ensalada de espinacas fresas y aguacates. Con la simple mezcla de los trozos de estas frutas, las espinacas bien cortaditas y la pechuga previamente pasada por la plancha tenemos un refrescante plato al que solo le faltará aliñarlo al gusto o añadir alguna salsa.
La carne de ternera de La Valmuza también nos puede servir como base para una ensalada algo más contundente. Para ello, tras dorarlos, cortamos en tiras unos filetes gruesos de ternera. Añadimos algo más de aceite de oliva en la sartén y salteamos un poco de cebolla. Retiramos la sartén y depositamos en una fuente su contenido. Añadimos el tipo de lechuga que más nos guste y rodajas de limón. Con el aliño correspondiente tendremos una ensalada delas que deja el estómago lleno.
Así que, ya saben, la próxima vez que les pregunten que si son más de ciencias o más de letras, podrán responder que prefieren una rica ensalada en la que pueda caber legumbre, fruta o carne.
Por suerte, en muchos casos hemos aprendido lo suficiente para no caer en dicha trampa. Hace no tanto, una ensalada era una ensalada y ahí no cabía otra cosa que una serie de hortalizas cortaditas y aliñadas. No tenía por qué ser así, pero era. Sin embargo aprendimos y las ensaladas han ido adquiriendo categoría hasta abandonar su papel de mero complemento para convertirse en un suculento plato. ¿Qué hizo falta? Algo tan simple como añadir carnes, frutas o legumbres.
De esta manera, una ensalada bien fría (o templada) nos sirve en estíos como este para alimentarnos y hacer que nuestro paladar disfrute. En Cárnicas Mulas llevamos más de doscientos años ofreciendo nuestros productos. Seguramente, nuestros antepasados, aquellas personas que hicieron grande esta empresa y cuyo prestigio pretendemos mantener, hubieran entendido como una blasfemia estas sabrosas mezclas. Pero el tiempo es un gran maestro y en la actualidad podemos ofrecer ideas en las que las hortalizas y las carnes, las frutas o las legumbres casan para nuestro deleite.
Veamos unos ejemplos:
Nuestros garbanzos de la Valmuza son la base de un agradecido cocido en las épocas frías, pero también nos sirven para preparar una majestuosa ensalada si los mezclamos con rúcula, cebolla, nueces troceadas y unos granos de granada.
La pechuga de pollo que en invierno la tomamos a la plancha, frita o rebozada no sirve como sostén para una dulcísima ensalada de espinacas fresas y aguacates. Con la simple mezcla de los trozos de estas frutas, las espinacas bien cortaditas y la pechuga previamente pasada por la plancha tenemos un refrescante plato al que solo le faltará aliñarlo al gusto o añadir alguna salsa.
La carne de ternera de La Valmuza también nos puede servir como base para una ensalada algo más contundente. Para ello, tras dorarlos, cortamos en tiras unos filetes gruesos de ternera. Añadimos algo más de aceite de oliva en la sartén y salteamos un poco de cebolla. Retiramos la sartén y depositamos en una fuente su contenido. Añadimos el tipo de lechuga que más nos guste y rodajas de limón. Con el aliño correspondiente tendremos una ensalada delas que deja el estómago lleno.
Así que, ya saben, la próxima vez que les pregunten que si son más de ciencias o más de letras, podrán responder que prefieren una rica ensalada en la que pueda caber legumbre, fruta o carne.
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