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La Hamburguesa perfecta
La hamburguesa es uno de los bocados más populares del mundo. Este sandwich de fama universal fue llevado a los EE.UU. por inmigrantes alemanes durante el siglo XIX, donde pronto se convirtió en su gran icono gastronómico. A pesar de su fama de fast food, o comida rápida, lo cierto es que la hamburguesa es una de las recetas más versátiles y sanas que se puedan elaborar, siempre que se cuente con una buena materia prima y se prepare como mandan los cánones.
Que una buena hamburguesa puede ser una auténtica delicatessen gourmet lo prueba su presencia en las cartas de algunos de los mejores restaurantes de mundo. Pero para cocinar una hamburguesa perfecta es necesario seguir una serie de consejos, como verás a continuación.
Elegir una carne de la máxima calidad
La carne es el ingrediente más importante de una hamburguesa y si no es de una calidad indiscutible, el plato será un fracaso.
La mejor carne para elaborar una hamburguesa perfecta es el chuletón de ternera macerado durante 45 días de Cárnicas Mulas, una delicia que se deshace en la boca, tierna, llena de sabor y con un característico color rojo rosado.
Sobre esta delicatessen es sobre la que se construirá ese edificio culinario que es una hamburguesa. Con unos 150 gramos por cada ración tendrás suficiente.
Un pan consistente
El pan que utilices también debe ser de calidad, con un punto de consistencia equilibrado: ni demasiado duro ni demasiado blando. El equilibrio es fundamental.
Uno de los mejores trucos para que el pan tenga la consistencia adecuada es tostarlo. Es algo muy sencillo. Solo hay que ponerlos boca abajo en la parrilla o sartén durante un minuto aproximadamente, con el fuego a una buena potencia.
En cuanto al tamaño del pan, lógicamente, debe ser el apropiado para la carne, ni demasiado grande ni demasiado pequeño.
La elaboración de una hamburguesa perfecta
Una plancha o una sartén son las mejores superficies para cocinar una hamburguesa, donde mejor absorbe los jugos de la carne (algo que no ocurre cuando se preparan en una barbacoa, por ejemplo).
Para que la carne quede crujiente y jugosa al cocinarla es aconsejable sacarla del frigorífico alrededor de una hora antes de la preparación, de modo que se atempere. La plancha o sartén debe estar a unos 150 o 200 grados, es decir, casi a su máxima potencia.
Para que la carne esté al punto no hay que cocinarla más de 3 minutos por cada lado. Si te gusta la carne poco hecha, con 2 minutos será suficiente.
Una gran variedad de complementos a elegir
La versatilidad de las hamburguesas está basada en la gran cantidad de complementos que admite. Los hay para todos los gustos.
El queso es uno de los acompañamientos más populares (muchas personas no conciben una hamburguesa sin queso). El más clásico es el cheddar, aunque puede valer cualquiera (siempre que sea de calidad) que se funda con la carne. Para que esto ocurra hay que añadirlo tras dar la primera vuelta a la carne en la plancha o sartén.
El bacon también tiene mucha aceptación, aunque hay que tener cuidado con la cantidad porque se puede apropiar excesivamente del sabor.
Si vas a añadir vegetales (cebolla, lechuga, tomate, pepinillos...) debes colocarlos encima de los ingredientes anteriores. Es importante que sean frescos.
Coronar el edificio de la hamburguesa con un huevo frito cada vez está más de moda, y es que el sabor que proporciona al bocado cuando se rompe la yema es, sencillamente, delicioso. Fríe el huevo en un sartén antiadherente hasta que se cuaje la clara y la yema quede algo líquida. Después, con sumo cuidado, deposítalo en la parte superior de la hamburguesa.
Las salsas (tomate, mostaza, mayonesa) pueden darle un toque añadido de sabor, pero no es necesario inundar la hamburguesa con ellas como hacen muchas personas. También debes tener en cuenta que estás preparando una hamburguesa de categoría, con un chuletón de la máxima calidad, por lo que, si vas a utilizar salsas, lo suyo es que sean caseras (el ketchup con una carne de ternera de primera es casi un pecado).
En resumen, una hamburguesa perfecta debe contar con una carne de ternera de gran calidad, con un pan de consistencia equilibrada y con unos complementos que enriquezcan el bocado sin arrebatarles el sabor. De este modo conseguirás un plato gourmet digno de servir en cualquier ocasión.