Carnicas Mulas
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28/06/2018
El placer alrededor de la barbacoa
Una barbacoa es un punto de encuentro, un espacio para disfrutar y compartir. Te recomendamos tres sabrosas piezas para apuntalar un momento tan especial
Con la llegada del verano todas las personas disponemos de más tiempo o al menos parece que somos capaces de aprovecharlo mejor. En muchos casos es cierta la primera parte, entre los meses de julio y agosto se reparten buena porción de las vacaciones; en otros, cuando no se tiene tal suerte, entra en juego la segunda: aprovechamos mejor el tiempo porque los días son más largos, más luminosos, y las noches son lo suficientemente cálidas para que nuestro cuerpo decida no quedarse quieto. Y no existe tiempo mejor aprovechado que el que se disfruta acompañado por la familia o los amigos. La suma de todos estos factores, tiempo, temperatura agradable y buena compañía, propician una escena cada vez más repetida: un grupo de personas preparando primero y disfrutando después de una barbacoa. No es extraño que cada vez se organicen más, ese tiempo alrededor de las brasas es sumamente placentero y, como buenos humanos, tendemos a repetir lo que nos dejó una sensación agradable.
Sobre la parrilla vamos colocando diferentes tipos de carne que luego compartiremos, pero, de cara a este verano, desde Cárnicas Mulas queremos recomendar tres piezas diferentes de tres animales distintos.
De nuestra ternera de La Valmuza seleccionamos el vacío. Esta pieza que se encuentra entre el costillar y el cuero de la res es (aún) escasamente conocida en España por un motivo cultural: esta pieza aparece con el corte habitual en Argentina. Es una pieza muy sabrosa que se lleva a la barbacoa en tiras de un modo similar al de la panceta.
Del cerdo ibérico elegimos la cruceta a la que también se conoce como secreto. Es conocido que la carne de ibérico es mucho más apreciada que la del cerdo blanco. Bien, en esta pieza en concreto, esa diferencia es aún mayor. Es una pieza que se encuentra entre la paletilla y la panceta y que se caracteriza por su infiltración de grasa lo que, a la parrilla, le aporta sabor, ternura y jugosidad.
Y una buena barbacoa no lo es hasta que pasamos por las brasas las chuletillas de cordero. Tanto da si son de palo como de riñón –de la reina- . Las primeras proceden del despiece de las costillas; las segundas, con más carne y menos hueso, de la parte trasera del cordero.
Si algo hemos aprendido de la vida es que, tan importante como tener tiempo, es saber disfrutarlo.
Sobre la parrilla vamos colocando diferentes tipos de carne que luego compartiremos, pero, de cara a este verano, desde Cárnicas Mulas queremos recomendar tres piezas diferentes de tres animales distintos.
De nuestra ternera de La Valmuza seleccionamos el vacío. Esta pieza que se encuentra entre el costillar y el cuero de la res es (aún) escasamente conocida en España por un motivo cultural: esta pieza aparece con el corte habitual en Argentina. Es una pieza muy sabrosa que se lleva a la barbacoa en tiras de un modo similar al de la panceta.
Del cerdo ibérico elegimos la cruceta a la que también se conoce como secreto. Es conocido que la carne de ibérico es mucho más apreciada que la del cerdo blanco. Bien, en esta pieza en concreto, esa diferencia es aún mayor. Es una pieza que se encuentra entre la paletilla y la panceta y que se caracteriza por su infiltración de grasa lo que, a la parrilla, le aporta sabor, ternura y jugosidad.
Y una buena barbacoa no lo es hasta que pasamos por las brasas las chuletillas de cordero. Tanto da si son de palo como de riñón –de la reina- . Las primeras proceden del despiece de las costillas; las segundas, con más carne y menos hueso, de la parte trasera del cordero.
Si algo hemos aprendido de la vida es que, tan importante como tener tiempo, es saber disfrutarlo.
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