Carnicas Mulas
Nuestro Blog
25/05/2018
El jamón, la alegría de la huerta
El jamón que se ofrece en Cárnicas Mulas es el aditamento perfecto para preparar una menestra que nos hará chuparnos los dedos
La huerta nos surte de las verduras de las que podemos ir disfrutando a lo largo del año, unos productos que son parte esencial de nuestra dieta. Cada temporada, además, nos ofrece distintas variedades propias de la época por lo que son muchas las posibles recetas que se pueden preparar y muchas alternativas que dependen de la imaginación de quien cocina. Los productos de la huerta son tan flexibles, gastronómicamente hablando, que permite, bajo el mismo nombre, elaborar platos completamente distintos. Uno de ellos es la menestra, al fin un plato consistente en una mezcla de verduras hervidas a las que posteriormente se adereza al gusto de cada cual.
Pero la menestra, por ricas que sean de por sí las verduras, puede mejorarse si aportamos algún aderezo que proporcione un poco de chispa, algún aditamento que enriquezca el plato, que le regale la alegría que merece y, para este menester, no lo hay recurso mejor que un buen jamón como el que le ofrecemos en Cárnicas Mulas. Un jamón que, en consonancia con las hortalizas, proviene también del campo porque nuestros cerdos se crían en régimen de libertad en nuestras fincas donde crecen y engordan de forma natural.
Puestos a elaborar nuestra menestra con jamón tenemos, ya queda dicho, múltiples opciones, opciones que parten de la cesta de la compra, de cuáles sean las verduras elegidas. Caben todas, o casi, desde la zanahoria, pasando por los guisantes, las judías verdes, alcachofas, patatas, coliflor…hasta los espárragos.
Pero en cualquier caso si merece la pena aportar algún consejillo. Por ejemplo, es recomendable cocer las verduras por separado ya que, de esta forma, conseguiremos que se mantenga el sabor limpio de cada una de ellas y podremos ajustar los tiempos de cocción de forma específica para cada una. También es conveniente que el rehogo se lleve a cabo inmediatamente después de haber escurrido las verduras y que, precisamente en ese sofrito, junto a los ajos, añadamos el jamón bien cortadito. A partir de aquí se abre la puerta a la imaginación o a la costumbre. Se puede llevar así a la mesa o realizar un último hervor con todos los ingredientes ya en la cazuela; cabe espesar la salsa con un poco de harina…
La menestra, preparada de una u otra manera, hará que, además de alimentarnos de una forma saludable, nos chupemos los dedos al terminar. Con dicha menestra, tendremos en nuestra mano todo lo que la tierra generosamente nos ofrece junto con un jamón del que, tomando por bueno el título de la famosa zarzuela del maestro Federico Chueca, podemos decir que será ‘la alegría de la huerta’.
Foto: elinvitadodeinvierno
Pero la menestra, por ricas que sean de por sí las verduras, puede mejorarse si aportamos algún aderezo que proporcione un poco de chispa, algún aditamento que enriquezca el plato, que le regale la alegría que merece y, para este menester, no lo hay recurso mejor que un buen jamón como el que le ofrecemos en Cárnicas Mulas. Un jamón que, en consonancia con las hortalizas, proviene también del campo porque nuestros cerdos se crían en régimen de libertad en nuestras fincas donde crecen y engordan de forma natural.
Puestos a elaborar nuestra menestra con jamón tenemos, ya queda dicho, múltiples opciones, opciones que parten de la cesta de la compra, de cuáles sean las verduras elegidas. Caben todas, o casi, desde la zanahoria, pasando por los guisantes, las judías verdes, alcachofas, patatas, coliflor…hasta los espárragos.
Pero en cualquier caso si merece la pena aportar algún consejillo. Por ejemplo, es recomendable cocer las verduras por separado ya que, de esta forma, conseguiremos que se mantenga el sabor limpio de cada una de ellas y podremos ajustar los tiempos de cocción de forma específica para cada una. También es conveniente que el rehogo se lleve a cabo inmediatamente después de haber escurrido las verduras y que, precisamente en ese sofrito, junto a los ajos, añadamos el jamón bien cortadito. A partir de aquí se abre la puerta a la imaginación o a la costumbre. Se puede llevar así a la mesa o realizar un último hervor con todos los ingredientes ya en la cazuela; cabe espesar la salsa con un poco de harina…
La menestra, preparada de una u otra manera, hará que, además de alimentarnos de una forma saludable, nos chupemos los dedos al terminar. Con dicha menestra, tendremos en nuestra mano todo lo que la tierra generosamente nos ofrece junto con un jamón del que, tomando por bueno el título de la famosa zarzuela del maestro Federico Chueca, podemos decir que será ‘la alegría de la huerta’.
Foto: elinvitadodeinvierno
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